Propuesta Educativa
Propuesta Educativa

PROPUESTA EDUCATIVA

El sistema ayuda al niño a crecer de manera integral

La Dra. Montessori sostenía que ningún ser humano puede ser educado por otra persona. Cada individuo tiene que hacer las cosas por si mismo porque de otra forma nunca llegará a aprenderlas.

Un individuo bien educado continúa aprendiendo después de las horas y los años que pasa dentro de un aula de clase porque está motivado interiormente por una curiosidad natural, además del amor al aprendizaje.

Cultivando el deseo natural de aprender

La Dra. María Montessori pensó, por lo tanto, que la meta de la educación infantil no debe ser llenar al niño con datos académicos previamente seleccionados, sino cultivar su deseo natural de aprender.

Este propósito se alcanza de dos maneras en el aula Montessori:
Primero, permitiendo que cada niño experimente la alegría de aprender por si mismo en lugar de ser obligado; y segundo, ayudándolo a perfeccionar todas sus aptitudes naturales para aprender, para que así esta habilidad este presente al máximo en futuras situaciones de aprendizaje. Los materiales Montessori tienen este doble propósito a largo alcance, además de sus propósitos inmediatos de dar información al niño.

El uso de los materiales Montessori está basado en la aptitud particular del niño por aprender; aptitud que la Dra. Montessori identificó como "La Mente Absorbente" en sus escritos, ella comparó con frecuencia la mente del niño a una esponja, la mente del niño literalmente absorbe la información del medio ambiente.

El proceso es particularmente evidente en la manera en que un niño de dos años aprende su lengua materna sin ninguna instrucción formal y sin el esfuerzo consciente y tedioso que un adulto debe hacer para dominar un segundo idioma. Adquirir información de esta manera, es una actividad natural y maravillosa para el pequeño, ya que usa todos los sentidos para investigar sus alrededores.

El material invita al niño a aprender por si mismo

El niño retiene esta habilidad para aprender hasta los siete años. La Dra. Montessori dedujo que sus experiencias podrían enriquecerse en un aula en donde él pudiera manipular materiales que le proporcionaran una educación básica. Por más de 10 décadas se ha comprobado la teoría de la Dra. Montessori que el niño pequeño puede aprender a leer, escribir y calcular de la misma manera natural en que aprende a caminar y a hablar.

En un aula Montessori, el material invita al niño a aprender de esta forma, por sí mismo y cuando se encuentre preparado.

La Dra. Montessori enfatizó que la mano es la principal maestra del niño. Para que el niño pueda aprender debe haber concentración, y la mejor manera para que el niño se concentre es fijando su atención en el trabajo que efectúa con sus manos. (Un adulto que trabaja sin propósito en varias cosas a la vez, es consecuencia de la falta de práctica en concentrarse en un trabajo determinado). Todo el equipo de material del aula Montessori, permite al niño reforzar sus impresiones invitándolo a usar sus manos para aprender.